Investigadores del Instituto Universitario de Investigaciones Marinas
(INMAR) de la Universidad de Cádiz han llevado a cabo un interesante estudio en
el que han demostrado la viabilidad de producir la microalga marina Tetraselmis chui, de interés comercial
por su valor nutricional, utilizando como medio de cultivo los efluentes de una
granja comercial de lenguado.
Se trata de un estudio muy completo y novedoso en su diseño ya que no
solo demuestra la viabilidad de cultivar estas microalgas con efluentes de una
granja de lenguados y su capacidad biorremediadora como hacen otros; también
analiza la biomasa obtenida y la caracteriza para la formulación de piensos; y
finalmente, muestra resultados nutricionales en ensayos de pre-engorde de
lenguado.
El cultivo de microalgas, se realizó con el agua de salida del sistema
de recirculación de la propia granja de engorde de lenguados de la empresa
CUPIMAR, ubicada en el término municipal de Puerto Real, en Cádiz. Para ello,
añade, se utilizó un reactor a escala piloto para el cultivo de las microalgas
de 6 000 litros de capacidad. La biomasa producida en este sistema fue
cosechada, liofilizada y analizada, tanto proximalmente como en su perfil de
aminoácidos y ácidos grasos.
Los resultados obtenidos indican que, manteniendo una buena proporción
de nitrógeno y fósforo presente en el agua de la salida de la granja de engorde
de lenguado, se puede triplicar la productividad de las microalgas y obtener
una biomasa de calidad similar a la comercial, con un 50% de proteínas y un 12%
de lípidos con respecto a la materia orgánica.
Luego de la producción, esta microalga fue incluida en piensos
experimentales para pre-engorde de lenguado, lo que permitió reducir entre el
15% y 25% de la harina de pescado con resultados satisfactorios.
Las pruebas fueron llevadas a cabo en las instalaciones experimentales
del Centro Tecnológico de Acuicultura (CTAQUA) con lenguados de 37 gramos de
peso. En estos ensayos, se analizaron parámetros productivos como ganancia de
peso, tasa específica de crecimiento, o tasa de conversión de alimento,
composición proximal del filete y, por último, actividad inmunológica.
Los resultados indicaron que no hay diferencias significativas en los parámetros de producción. Más bien, añade Elena Villar, la concentración de proteínas y de algunos ácidos grasos Omega-3 del tipo DHA “fueron significativamente mayores en los individuos alimentados con el pienso control”. Además, la actividad de la lisozima en plasma fue significativamente mayor en lenguados alimentados con las dietas experimentales, lo que indica que su actividad antimicrobiana y, por tanto, la actividad inmunológica, fue mayor que los individuos alimentados con el pienso control.
Los ensayos de pre-engorde demuestran que su inclusión en los piensos
no presenta diferencias significativas en cuanto a rendimiento productivo e,
incluso, mejora el sistema inmunológico de los peces amentando la actividad de
la lisozima plasmática.
El proceso expuesto en este estudio está en línea con el principio de
jerarquía de recursos, ya que propone reutilizar la biomasa de microalgas
producido en la instalación como ingrediente en el pienso.