La prueba piloto del dron comenzó
este mismo verano en las instalaciones de la compañía Ballangen Sjofarm y, la
siguiente prueba está dirigida a optimizar los algoritmos de navegación y
detección del dron.
Uno de los hallazgos más
significativos reportados por Probotic después del primer mes de prueba del
prototipo Probot P.7 es que, su sistema de propulsión a chorro funciona en
condiciones reales y permite que las algas fluyan a través del chorro de agua.
El dron puede operar a 90 cm/s de
corriente de agua cuando está en el modo de limpieza, y a 180 cm/s cuando está
en modo inspección. Por otra parte, se ha tomado nota de que la estación de
acoplamiento sumergible mantiene el dron asegurado en su lugar cuando pasa por
una tormenta con una corriente de agua de 1 m/s. A su vez, la hidrodinámica del
dron permite un movimiento suave en el agua.
Según informó la compañía
noruega, después de un mes de prueba no hay condiciones de ruptura. Los videos
en vivo y los datos de sensores del dron están disponibles para los interesados.
Probotic dio a conocer que la versión beta del algoritmo de detección también
encuentra agujeros.
El sistema de limpieza actual es reactivo
La limpieza de las redes de
jaulas de peces es reactiva, lo que significa que son limpiadas cuando la
acumulación de algas y desechos es tan grave que es necesario hacerlo. El
sistema tradicional es operado de forma manual y utiliza agua a alta presión
para bombear y eliminar las algas y los desechos. El cual, es tiene como
problema que la biopelícula se descarga directamente en la red y provoca un
entorno poco satisfactorio para los peces.
La importancia de contar con un método preventivo
El dron submarino Probot utiliza
un método preventivo, una forma más natural y gentil de limpiar las redes y
dificulta por completo la creación de biopelículas. Esto es posible mediante la
limpieza constante durante todo el día, ya que los drones solo se pausan
durante la carga de la batería, o durante una inspección adicional por parte
del operador.
El sistema Probot se rentará para
el servicio, lo que garantiza metas de sustentabilidad y brinda control sobre
el ciclo de vida del producto. También significa que la empresa es responsable
de garantizar que el producto funcione como se espera durante su vida útil,
permitiendo a los clientes enfocarse en sus otras operaciones de alto valor.