Ciertos aditivos pueden controlar los patógenos de
Vibrio; sin embargo, hay otras formas, y a menudo más efectivas, en especial
porque son de naturaleza ubicua y casi imposibles de eliminar, aunque aportan
iguales beneficios y actúan sinérgicamente. En esta nota se presentarán tres
nuevos conjuntos de datos para demostrarlo.
Es de conocimiento común que ciertos aditivos pueden
controlar los patógenos de Vibrio, por lo general, a través de la inhibición
directa. Sin embargo, hay otras formas, y a menudo más efectivas, de controlar
Vibrio, especialmente dado que son de naturaleza ubicua y casi imposibles de
eliminar.
Estos modos de acción son mucho menos reportados, ya
que las metodologías son más complejas. No obstante, aportan iguales beneficios
y actúan sinérgicamente. Aquí, presentamos tres nuevos conjuntos de datos para
demostrarlo.
1. Interrupción
de la función y la integridad de la membrana
Las membranas celulares son vitales, ya que mantienen
condiciones internas óptimas. Esto es particularmente cierto para los patógenos
Gram-negativos (por ejemplo, Vibrio), donde la membrana de lipopolisacáridos
(LPS) proporciona una gran protección.
Una estrategia clave es interrumpir esta membrana,
reduciendo la virulencia, la resistencia e, incluso, la muerte celular.
Nuevos datos demuestran que una mezcla única de
sustancias antimicrobianas (Complejo permeabilizante) puede interferir con la
integridad y la funcionalidad de la membrana de Vibrio parahaemolytic.
2. Quorum quenching
La detección de quorum se refiere a la comunicación
bacteriana y es responsable de una serie de mecanismos, incluida la
bioluminiscencia, la virulencia y la formación de biopelículas. Aquí,
presentamos datos de que una serie de sustancias fitogénicas y extractos
bacterianos son capaces de controlar esta detección de quorum, conocida como quorum quenching.
3.
Desintoxicación
Se sabe que algunas especies de Vibrio producen
toxinas. Por ejemplo, al menos cuatro especies conocidas de Vibrio son capaces
de producir toxinas pirA y pirB, que causan un gran daño al hepatopáncreas, la
causa confirmada de la necrosis hepatopancreática aguda (AHPND, por sus siglas
en inglés).
Una publicación reciente muestra por primera vez, que
un Bacillus sp. es capaz de degradar
ambas toxinas, en un corto período de tiempo. De hecho, cuando se le desafió
con una combinación purificada de toxinas pirA y pirB, la Artemia mostró una
supervivencia significativamente mayor cuando se complementó con el probiótico.